viernes, 9 de enero de 2015

Sorpresas, ilusiones, sueños y desengaños


Sorpresas, ilusiones, sueños y desengaños
No suelo escribir sobre lo que leo, pero en esta ocasión sí me gustaría hablar sobre "Carolina se Enamora", un libro del gran escritor Federico Moccia. No pretendo hacerle ningún tipo de propaganda al autor ni a sus libros, simplemente me ha impactado muchísimo este último libro suyo que he leído y me gustaría compartir mi opinión con vosotros, pero sin desvelaros de qué trata.
Me ha impresionado mucho, como digo, porque es cierto que, cuando estás en la adolescencia, van surgiendo en ti un sin fin de cosas que, poco a poco, te van haciendo dejar atrás esa niñez para convertirte en un adolescente.
Es cierto que en la adolescencia pueden cambiar muchas cosas en nosotros, puede que nos creamos que debemos seguir un camino y que nos estamos rodeando de las personas que realmente estarán a nuestro lado pero... ¿realmente es esto cierto? Yo creo que no, que éste es el periodo donde más errores cometemos, donde nos creemos que lo sabemos todo y que nos rodeamos de personas que realmente son necesarias para nosotros y que seguirán siendo nuestros amigos durante toda la vida. ¿Lo son, realmente, cuando más los necesitamos? Creo que no.
  Aunque esto de la amistad es un tema complicado, pues puede que tengas unas amigas desde la niñez y que, en un momento concreto, ¡zas!, te dan la puñalada y te quitan lo que más quieres o lo que, en ese momento,  es más importante para ti. ¿Que no puede pasar? Pues claro que puede pasar...
Entramos ahora en un tema mucho más complicado aún que la amistad: El primer amor. ¿Quién no ha tenido un amor adolescente?, ¿qué persona de las que está leyendo esto no ha sentido mariposas en el estómago al encontrarse con una persona especial, con una persona que le ha hecho sentir cosas que  jamás había sentido?  Vale, quizás algunos no hayáis sentido esto, pero sé que, a la mayoría de las personas, sí que nos ha pasado, y digo nos porque  me incluyo a mi mismo como el primero y como el corazón más roto de España, de Europa y del Mundo. ¡Por favor, que nadie sienta pena por mí!, pues esto es algo que creo que debe pasar y que es inevitable y, a la vez, es algo que te enseña a valorar mejor las cosas.
¿Que aún no he encontrado a esa persona que me haga feliz, que me quiera tal y como soy, con mis defectos y con mis virtudes? Está claro que sí, que es eso. No culpo a las personas a las que he "amado" (y lo pongo entre comillas, que conste, porque la palabra amor me parece muy fuerte), pero tampoco me culpo a mí mismo. Hasta hace unos meses, os diría que el mor es imprescindible y que "necesitaba" a una persona que me amase a mi lado. Ahora no. No es que no quiera que aparezca a esa persona, no es que no siga creyendo en el amor, pero creo que todo debe de llegar a su tiempo. Es verdad que hay cosas que me hacen creer cada día menos en el amor, pero luego vuelvo en mí, pienso en mis creencias, en mi forma de ser... y me digo a mí mismo que sí, que el amor existe. ¿Que estoy equivocado? ¡Pues quizás!
Pero bueno, me estoy yendo por las ramas. Lo que intento expresar es que es cierto que, en la adolescencia, vas sintiendo un sin fin de sentimientos, de sorpresas, de emociones... que se van apoderando de ti transformándote en otra persona, haciéndote ver las cosas de otra manera... Me da pena que, hoy en  día, los jóvenes ya no sean (lo siento, pero aquí no voy a incluirme a mi) de ver lo maravilloso que puede ser un amor adolescente, encontrar a la persona ideal... ahora parece que lo importante es tener más dinero, ser el más guapo y saber impresionar a la persona que te gusta. O peor aún, no saber reconocer que te estás enamorando, no ser sincero con los demás y, sobre todo, contigo mismo en este aspecto. Creo que esto es algo muy grave y que debería de cambiar. Dejémonos de botellón, de fiestas y de todo lo demás. Busquemos dentro de nosotros, levantémonos una y mil veces.
Apreciemos, de verdad, cada momento de nuestra adolescencia. Saboreemos el amor, la felicidad, el creer que estás estás enamorado... son sentimientos que, seguro, nos llevarán a muchos quebraderos de cabeza, pero que, en realidad, también deben formar parte de nuestra vida. Soñemos, deseemos, amemos y hagamos de nuestra vida una ilusión.

Joaquín Caballero Moral