El otro día mi familia y yo estuvimos de boda y, a la vez de bautizo. Se casaron mis tíos Daniel y Ana y se bautizó a mi primo Nicolás. La verdad que para mí fue un día maravilloso, viví con mucha intentisad este día, ya que tengo mucha relación con los tres y les tengo un cariño que no sabría explicar. Ellos, sobretodo mis tíos Daniel y Ana, ya que el niño aún es pequeño, han formado mucha parte de mi vida y sé que lo seguirán formando durante mucho tiempo más.
Un día me pidieron que diese unas palabras en la boda-bautizo. La verdad que no me lo pensé dos veces y me puse manos a la obra con el discurso. Podría rellenar millones de páginas hablando de ellos, de su forma de ser, de el cariño que nos tenemos y de la gran unión que hay entre nosotros, pero preferí ser breve y llenar a las personas que había allí con las pocas palabras que escribí. Sin más, aquí os dejo el discurso. Espero que os guste.
Buenas tardes
a todos:
Hoy estamos
aquí para celebrar la boda de Daniel y Ana y el bautizo de Nicolás. Para mí es
un enorme orgullo estar aquí, con todos vosotros, pero más placer me causa aún
que mis tíos Ana y Daniel me pidiesen que diese unas palabras en este evento.
Podría
pasarme horas hablando de ellos, porque son dos personas a las que les tengo un
cariño y un aprecio incalculable y con las que he pasado muchísimos momentos.
Momentos que, seguro, siempre permanecerán en nuestro recuerdo, porque ellos
han formado, forman y formarán siempre una pieza muy importante en mi vida.
El nacimiento
de Nicolás hace que mi familia esté unida, como siempre lo ha estado, está y
estará, porque nosotros siempre hemos sido así, y espero que lo sigamos siendo.
Cuando alguien necesita algo… Ahí hemos estado todos.
En fin, no me
gustaría alargarme mucho más. Felicitar, por supuesto, a mis tíos Daniel y Ana
y darle la bienvenida a este “mundillo” a mi primo Nicolás; espero que para él
las cosas sean un poco más fáciles que para muchos de nosotros, aunque también
deberá caerse, como lo hacemos todos.
Muchas
gracias.