martes, 10 de mayo de 2016

Nos estamos volviendo locos

Con tan sólo el título de este artículo creo que ya lo estoy diciendo todo: nos estamos volviendo locos, y yo el primero, por supuesto. Y que conste que no voy a hablar de la locura, de lo que significa estar loco, de a quien se le puede llamar loco o de qué tratamiento les estamos dando a quienes así son calificados. La enfermedad mental es un tema muy serio y por ahí no van mis tiros, todo mi cariño para esas personas por adelantado.
En la sociedad en la que vivimos vemos que todo es trepidante en cuanto a tecnología se refiere, parece que somos incapaces de vivir sin internet, sin un ordenador o un móvil y sin las redes sociales. Cuando nos falta internet por alguna razón, parece que nos falta algo vital, es como si fuésemos seres defectuosos y necesitáramos navegar por la red para sentirnos completos. ¿Qué locura, no? Pero ya no sólo es con Internet, es que también pasa esto si no estás atento a las redes sociales, con el Facebook, el Twiter... ¿de verdad es necesario colgar en las redes todas y cada una de las cosas que hacemos?
Yo soy el primero que utiliza las redes y que creo que son magníficas si se saben usar adecuadamente, pero hay muchas personas que le dan un mal uso a estas nuevas tecnologías que, se supone, están para hacernos la vida un poco más sencilla y no más difícil. Por ejemplo, hay ciertas personas que se dedican a alardear en las redes sociales de todo lo que hacen y a presumir de ello, es como si usasen las redes con fines publicitarios, y a veces sin el como, otras porque eso de verse en pantalla o es así o jamás saldrán en nada. A veces me dan ganas de contestar: ¿Qué quieres un pin? Yo creo que no hay que alardear de todo lo que se hace, y menos de lo que se hace por los demás, sino que hay que hacerlo porque sí, porque te apetece hacerlo o porque simplemente es tu trabajo.
Antes, lo recuerdo de pequeño, cuando no había tantas tecnologías ni estábamos tan "conectados", se disfrutaba de una buena cerveza o un buen café con amigos y podíamos pasarnos las horas hablando con ellos, en persona, cara a cara. Ahora, preferimos mandarles un WhatsApp y decirnos "a ver si nos vemos", pero... ¿cuándo nos vemos realmente? Cada vez hay menos tiempo para ese café o esa cerveza, y más tiempo para usar internet y las redes sociales. ¡Qué triste!
Pero no es sólo por esto por lo que nos estamos volviendo cada día más locos. También está el tema de las apariencias y de fijarnos sólo en lo físico. ¡Cuánta gente que aparenta ser lo que en realidad no es sólo para ser bien recibida por su círculo de "amistades"! Ahora, si no usas WhatsApp, si no vas a los mismos sitios que van casi todos y si no haces lo que los demás, eres un bicho raro, y así te lo hace saber tu entorno. ¿Dónde ha quedado nuestra personalidad? Creo que tendríamos que pensar un poco en qué nos gustaría hacer a nosotros, seguir nuestras ideas, nuestros pensamientos... y no dejarnos guiar tanto por los demás. Nosotros somos dueños de nuestra propia vida, y no debemos permitir que sean los demás los que la manejen. ¿Qué más da lo que piensen los demás de nosotros? Mientras que no hagamos daño a nadie con nuestras opiniones y con nuestros actos, no tenemos por qué dejar de ser nosotros mismos.
Y por otra parte tenemos el tema de valorar a las personas sobre todo por su físico. Parece que importa más que tengas un buen físico a que tengas un buen corazón y seas una buena persona. Lanzo desde aquí una pregunta a todos los que intentan cambiar su físico: ¿Lo hacéis por vosotros o por el qué dirá la sociedad que os rodea? Si se hace por nosotros mismos y para sentirnos mejor me parece perfecto, y creo que es una buena iniciativa para mejorar nuestra autoestima y en algunos casos nuestra salud. El problema es cuando se hace por lo que dicen los demás, cuando cambias tu físico porque a la persona que tienes a tu lado, o al grupo con el que te relacionas, no le gusta cómo eres y te "obliga" a que cambies. No lo entiendo, perdonad, al menos yo soy como soy, y las personas que decidan estar en mi vida tendrán que aceptarme tal cual, con mis defectos y con mis virtudes, al igual que yo acepto a los demás. ¿O es que ahora importa más tener cuerpo de gimnasio que mente sana y gran personalidad? Claro, lo ideal sería tenerlo todo, pero para mí vale más lo segundo que lo primero. El cuerpo se esculpe si te lo propones, la mente para muchos es imposible mejorarla y por eso es la fundamental. ¿Qué importa tener un cuerpazo estupendo y luego ser un imbécil integral? Yo contesto, poco, la verdad.
También hay personas que piensan que los que tenemos alguna limitación, da igual del tipo que sea, no tenemos derecho a enamorarnos y a tener una persona en nuestra vida como pareja. Yo conozco a personas ciegas que se han enamorado de personas "normales", y también conozco a personas sin ninguna limitación que se han enamorado de personas que sí la tienen. ¿Y qué pasa? ¿No tenemos derecho a ser felices y a ser dueños de nuestra propia vida? ¿Quiénes son esa gente para criticar nuestra felicidad y nuestra vida? Contesto yo otra vez, no son nadie.
Y sólo he hablado de estos temas, no he tratado ni de política, ni de educación, ni de justicia, ni de los refugiados, ni de las guerras, ni de tantas y tantas cosas que seguro terminarían haciéndome afirmar que este mundo no es que se esté volviendo loco, está totalmente loco.

lunes, 13 de julio de 2015

Mi pasión por la radio



Mi pasión por la radio
Antes de empezar, me gustaría dejar claro que con este artículo no pretendo dar publicidad a Radio Atalaya ni tampoco a mi programa de radio, lo único que pretendo es agradecer y echar la vista atrás.
El pasado sábado hizo un año que comencé una nueva aventura en mi vida, un programa de radio en Radio Atalaya de Cabra, "hablando sin WhatsApp", un programa de entrevistas a personas que pueden resultar interesantes. Ya desde pequeño, me gustaba mucho hablar con todo el mundo, raro era el día que no salía a la calle y me paraba con un montón de gente...
Desde el principio, Radio Atalaya me lo ha puesto muy fácil y ha puesto todas las facilidades a mi alcance. Es un lujo poder contar con este equipo de profesionales y, en especial, con mi amigo José Luis Serena;  sin él, sin duda, nada habría sido posible. Radio Atalaya es una radio para todos y de todos, sin ningún tipo de discriminación ni prejuicio, donde lo importante no es cómo seamos las personas, sino lo bien o lo mal que realicemos nuestro trabajo, el cariño y el amor que le pongamos a lo que hacemos. Y, modestia aparte, creo que en eso yo me llevo la medalla de oro.
La verdad que no me costó mucho decidirme a hacer este programa de radio, porque desde el principio tuve claro que ahora era el momento, y que tenía que hacerlo porque es lo que quería. Empecé con algo de miedo, no lo voy a negar, pero, los que entienden de esto dicen que pronto se me pasó el miedo y he ido mejorando programa tras programa. 
Por mi sesión  han pasado muchas personas para hablarnos de diversos temas. Desde fotógrafos hasta catedráticos, pasando por escritores, artistas musicales... y la verdad que agradezco también el poder contar con ellos para realizar esta aventura.
¿Y qué decir de mis escuchantes? ¿Qué sería de mi programa sin ellos? Ese club de fan incondicional que se ha ido formando y que, sin duda, son parte imprescindible de mi programa. Porque sus comentarios en las redes sociales, sus mensajes... me hacen mejorar cada día y realizar las entrevistas cada día con mayor ilusión. Gracias también a ellos. 
No voy a olvidarme de mi familia, que también ha estado muy presente en este nuevo reto. Ellos, que me han ayudado en todo lo que he necesitado y que siguen haciéndolo incondicionalmente. Y  esa persona tan especial para mí, que ha decidido acompañarme tan fielmente en esta nueva anudadura y que me ayuda a preparar las entrevistas, a desenvolverme mejor, a conocer al invitado... Mi padre. Él, que no le gusta que le alague de esta forma y lo sé; él, que se empeña en que cada programa lo haga mejor; él,  que siempre está dispuesto a echar una mano...
Gracias, de corazón, a todos los que hacéis posible que esta apasionante aventura sea posible.

viernes, 9 de enero de 2015

Sorpresas, ilusiones, sueños y desengaños


Sorpresas, ilusiones, sueños y desengaños
No suelo escribir sobre lo que leo, pero en esta ocasión sí me gustaría hablar sobre "Carolina se Enamora", un libro del gran escritor Federico Moccia. No pretendo hacerle ningún tipo de propaganda al autor ni a sus libros, simplemente me ha impactado muchísimo este último libro suyo que he leído y me gustaría compartir mi opinión con vosotros, pero sin desvelaros de qué trata.
Me ha impresionado mucho, como digo, porque es cierto que, cuando estás en la adolescencia, van surgiendo en ti un sin fin de cosas que, poco a poco, te van haciendo dejar atrás esa niñez para convertirte en un adolescente.
Es cierto que en la adolescencia pueden cambiar muchas cosas en nosotros, puede que nos creamos que debemos seguir un camino y que nos estamos rodeando de las personas que realmente estarán a nuestro lado pero... ¿realmente es esto cierto? Yo creo que no, que éste es el periodo donde más errores cometemos, donde nos creemos que lo sabemos todo y que nos rodeamos de personas que realmente son necesarias para nosotros y que seguirán siendo nuestros amigos durante toda la vida. ¿Lo son, realmente, cuando más los necesitamos? Creo que no.
  Aunque esto de la amistad es un tema complicado, pues puede que tengas unas amigas desde la niñez y que, en un momento concreto, ¡zas!, te dan la puñalada y te quitan lo que más quieres o lo que, en ese momento,  es más importante para ti. ¿Que no puede pasar? Pues claro que puede pasar...
Entramos ahora en un tema mucho más complicado aún que la amistad: El primer amor. ¿Quién no ha tenido un amor adolescente?, ¿qué persona de las que está leyendo esto no ha sentido mariposas en el estómago al encontrarse con una persona especial, con una persona que le ha hecho sentir cosas que  jamás había sentido?  Vale, quizás algunos no hayáis sentido esto, pero sé que, a la mayoría de las personas, sí que nos ha pasado, y digo nos porque  me incluyo a mi mismo como el primero y como el corazón más roto de España, de Europa y del Mundo. ¡Por favor, que nadie sienta pena por mí!, pues esto es algo que creo que debe pasar y que es inevitable y, a la vez, es algo que te enseña a valorar mejor las cosas.
¿Que aún no he encontrado a esa persona que me haga feliz, que me quiera tal y como soy, con mis defectos y con mis virtudes? Está claro que sí, que es eso. No culpo a las personas a las que he "amado" (y lo pongo entre comillas, que conste, porque la palabra amor me parece muy fuerte), pero tampoco me culpo a mí mismo. Hasta hace unos meses, os diría que el mor es imprescindible y que "necesitaba" a una persona que me amase a mi lado. Ahora no. No es que no quiera que aparezca a esa persona, no es que no siga creyendo en el amor, pero creo que todo debe de llegar a su tiempo. Es verdad que hay cosas que me hacen creer cada día menos en el amor, pero luego vuelvo en mí, pienso en mis creencias, en mi forma de ser... y me digo a mí mismo que sí, que el amor existe. ¿Que estoy equivocado? ¡Pues quizás!
Pero bueno, me estoy yendo por las ramas. Lo que intento expresar es que es cierto que, en la adolescencia, vas sintiendo un sin fin de sentimientos, de sorpresas, de emociones... que se van apoderando de ti transformándote en otra persona, haciéndote ver las cosas de otra manera... Me da pena que, hoy en  día, los jóvenes ya no sean (lo siento, pero aquí no voy a incluirme a mi) de ver lo maravilloso que puede ser un amor adolescente, encontrar a la persona ideal... ahora parece que lo importante es tener más dinero, ser el más guapo y saber impresionar a la persona que te gusta. O peor aún, no saber reconocer que te estás enamorando, no ser sincero con los demás y, sobre todo, contigo mismo en este aspecto. Creo que esto es algo muy grave y que debería de cambiar. Dejémonos de botellón, de fiestas y de todo lo demás. Busquemos dentro de nosotros, levantémonos una y mil veces.
Apreciemos, de verdad, cada momento de nuestra adolescencia. Saboreemos el amor, la felicidad, el creer que estás estás enamorado... son sentimientos que, seguro, nos llevarán a muchos quebraderos de cabeza, pero que, en realidad, también deben formar parte de nuestra vida. Soñemos, deseemos, amemos y hagamos de nuestra vida una ilusión.

Joaquín Caballero Moral




lunes, 29 de diciembre de 2014

Adiós 2014, hola 2015



Adiós 2014, hola 2015
Se está acabando el año 2014 y creo que va tocando hacer un "balance" de este año que termina y darle la bienvenida a este nuevo año 2015.
Políticamente no voy a extenderme mucho, pues ya sabemos todos que ha sido un año malo para España y que se han hecho muchísimas cosas mal. Que se han hecho recortes en un montón de cosas que, a mi modo de entender no deberían haberse recortado y que, yo creo, a los políticos que gobiernan nuestro país, les importamos muy poco. Ellos sólo miran por sus intereses personales y por los de sus familias, de ahí que les dé igual reducir el salarioo de los trabajadores, recortar en educación, en sanidad... pero en fin, como digo, no quiero extenderme mucho en algo que ya está más que hablado.
Entrando en mi terreno personal, la verdad que el comienzo del 2014 fue terrorífico, lleno de dudas, incógnitas, a dos meses de terminar el Grado Medio de Administrativo y con muchas, muchas ganas de terminarlo, de ser libre, de demostrarme a mi msmo y a los que me rodean que sí, que había sido capaz de conseguir otro de mis objetivos y que, con mucho trabajo y esfuerzo, lo había logrado y ya tenía mi título. A finales de Febrero o principios de Marzo, no recuerdo bien, terminé lo más importante, terminé las clases, ahora tocaban las prácticas. A partir de ese momento ya empecé a "vivir", a hacer lo que me gustaba, a dedicar más tiempo para mí por las tardes, a estar con mi familia, a sentarme en la silla del ordenador, y no precisamente a estudiar... me daba cuenta, y aún sigo pensándolo en estos momentos, que necesitaba este tiempo, que necesitabas relajarme un poco, pensar en mi, en mi futuro, en qué quiero y qué no quiero. Que necesitaba dejar de pensar tanto en los demás y demostrarme a mí mismo lo que valgo, lo que siento... y creo que así lo estoy haciendo.
A principios de Julio empecé otro nuevo reto: Mi programa de radio "Hablando sin WhatsApp". En Radio Atalaya me trataron muy bien desde el principio y me acogieron con mucho cariño, volcándose en mi sección y prestándome su ayuda en todo lo que he necesitado. Aunque he puesto Radio Atalaya, sí que me gustaría nombrar principalmente a la persona que está a cargo de esta radio en Cabra, mi gran amigo José Luis Serena. Gracias, de verdad, a ti  y todo el equipo, por hacerme sentir tan a gusto en vuestra casa, por hacerme ver que puedo conseguir también este reto y por tantas y tantas cosas más. Cada programa que hago me siento más seguro de mi mismo, con más práctica... y sé que a la gente también les gusta mi programa. Pero esto no habría sodo posible tampoco si no hubiese sido por los invitados a lso que he llevado. Por el momento, nadie se ha negado aún a que lo lleve a mi programa y creo que todos lo han hecho con el mismo cariño. Gracias también a vosotros.
Como era evidente, no voy a dejar de escribir en este artículo sobre algo que también ha llegado a mi vida hace poco y que, sin embargo, ya significa mucho para mí: La Biodanza y el proyecto "Crecer Feliz".
Todo empezó cuando Luisa y Aline me propusieron que les hiciese una entrevista, quedamos un día, me contaron un poquito cómo era esto de la Biodanza, y me dijeron que lo mejor era que, antes de hacer la entrevista, fuese a clase a ver de qué iba el tema. Desde el día que aparecí por clase, no he vuelto a faltar ni un sólo miércoles. Desde el primer momento, descubrí un nuevo estilo de vida que se adaptaba a lo que yo realmente estaba buscando, Ese relax que necesitaba, ese contacto conmigo mismo y con los que me rodean que era tan importante para mi mente y para mi cuerpo. Es complicado expresar lo que se siente al practicar Biodanza, pero os puedo asegurar que, a mí personalmente, me ha proporcionado mucho y me siento muy orgulloso, además, de pertenecer al grupo de Biodanza de Cabra al que pertenezco.
Estar en Biodanza también me ha hecho darme cuenta de algo que creí que no me daría cuenta jamás, y es que, para ser feliz, no necesitas realmente a una persona a tu lado sí o sí. Claro que puede ayudarte, claro que es bonito compartir las cosas con esa persona especial... pero también es importante que, antes de enamorarte, seas capaz de quererte a ti mismo, de saber lo que quieres realmente, de entrar dentro de ti.
A raíz de Luisa y Aline, también empecé a formar parte del proyecto "Crecer Feliz", un proyecto que está vinculado a ayudar a las relaciones entre padres, alumnos y profesores. Mi principal labor es la de difusión de los talleres y actos que se van a realizar, además de algunas otras cosas. También me siento muy, pero que muy orgulloso de pertenecer, junto con Luisa, Aline y una gran amiga y compañera de Lucena en este proyecto. Creo que este tipo de cosas son las que se deberían de inculcar en la sociedad en la que vivimos, que la gente necesita sentirse bien consigo mismo, necesitan dejarse enseñar, dejarse ayudar... En fin, que con estas cosas, el mundo es mucho más sencillo para los que confiamos en ellas y animo a todo el mundo a que se de ese regalo a sí mismo y entre en este maravilloso mundo.
Así que gracias a Luisa, Aline, Lidia y todo el grupo de Biodanza de Cabra por permitirme entrar en este mundo y por acogerme con tantísimo cariño y amor, porque está claro que eso en este grupo nunca faltó, falta y faltará.
Por último, y como cada año, no me gustaría dejarme atrás a mi maravillosa familia y a mis amigos. Esa gente que lleva tanto tiempo a mi lado y que siempre me muestra su apoyo incondicional. Ellos, que saben cuando estoy bien, cuando estoy mal, cuando tengo algún problema... Gracias, de verdad, por dejarme formar parte de vuestra vida, de vuestros pensamientos... y por ser mi familia y mis amigos.

Feliz 2015 para todos, espero que este nuevo año venga cargado de cosas maravillosas y que seamos capaces de disfrutar de cada momento de la vida como si fuese el último.

Joaquín Caballero Moral

miércoles, 3 de diciembre de 2014

El día de la Concapacidad



Hoy, día 3 de Diciembre, es el Día Internacional de la Discapacidad, aunque la verdad que a mí me gusta más llamarlo "día de la concapacidad", porque, aunque los discapacitados tengamos nuestras limitaciones, nuestras dificultades... aunque nos cueste más hacer las cosas que a los demás, tenemos la capacidad de luchar y superarnos para gritarle al mundo que estamos aquí.
Me gusta este día porque también es el mío, al igual que el de otras muchas personas que de una forma o de otra están mermados. Pero creo que es importante que no sólo hoy luchemos por la integración de los discapacitados (o concapacitados) en esta sociedad en la que nos ha tocado vivir. Sé que hay muchas personas y asociaciones que, día a día, luchan porque las personas con deficiencias, ya sean físicas o psíquicas, ocupemos un lugar adecuado, pero también sé que hay personas que siguen pensando que los discapacitados no somos nadie, que somos un cero a la izquierda y que no nos merecemos, ni tan si quiera, poder insertarnos en el mundo laboral y realizar los mismos trabajos que realizan los demás.
¡Claro que no voy a pretender que un ciego conduzca, se estrellaría nada más coger el coche!, pero lo que sí creo que es importante es que tengamos los mismos derechos sociales, las mismas oportunidades y no se nos excluya. Y si en algún momento la discriminación es en positivo creo que lo tenemos merecido; todos somos discapacitados en potencia, todos en cualquier momento pueden sufrir una enfermedad o tener un accidente que los lleve a verse con una minusvalía y sería triste que sólo entonces sintieran lo duro que es no ser como los demás. Iba a escribir no ser como las personas "normales", pero no creo que a las personas que no son capaces de ver la discapacidad como algo natural y como un rasgo más de su identidad se les pueda considerar personas normales. ¿Y cuántos calificados de normales dan muestra de una incapacidad sospechosa de ser discapacidad? Basta mirar el panorama político y ahí tenemos un montón.
Es cierto que las cosas han cambiado mucho de aquí para atrás y que, según me cuentan los que han vivido otros tiempos, ahora mismo las personas que piensan que los discapacitados no somos nadie son una minoría. Cada vez son más las asociaciones y las personas que luchamos porque los discapacitados ocupemos nuestro lugar en un mundo más justo, pero el camino por recorrer es largo y duro porque el final del mismo está todavía muy lejos.
Me entristece enormemente que, con lo avanzados que decimos ser y estando en el siglo XXI como estamos, aún haya personas con la mente tan cerrada que no sean capaces de ver algo tan simple como lo que intento expresaros en este artículo. Me entristece que aún se siga jugando con los discapacitados y, sobre todo, que haya personas que se crean que pueden jugar con nuestros sentimientos, con nuestras emociones... y que nos hagan creer que no somos capaces de superar nuestras metas y cumplir con nuestros objetivos poniendo barreras sociales, barreras económicas, barreras psicológicas o barreras físicas, todas ellas fácil de derribar si miramos con la óptica del progreso y con el microscopio del egoísmo conservador.
Desde aquí también me gustaría agradecer a todas las gentes, a todas las asociaciones que, de una forma u otra, hacen que hoy en día los discapacitados  vayamos ocupando un papel digno y se nos empiece a valorar. Todos necesitamos que esta España sea un país más justo, con una generación de personas que seamos capaces de valorar a los demás tal y como son, con sus defectos y sus virtudes, y, sobre todo, España necesita huir de la discriminación y de las injusticias que aún hoy se siguen cometiendo.

¡Feliz día de la Concapacidad para todos! y recordad, desiguales sí, iguales en derechos también, y siempre juntos.

Joaquín Caballero Moral